Este llanto sucede sin motivo aparente y durante varias
horas, cosa que suele poner bastante nerviosos a los papás ya que además al
bebé parece como si le doliese algo: se pone rojo, flexiona mucho las piernas,
tensa mucho su cuerpecito, no expulsa los gases y puede que tenga el abdomen algo
hinchado.
Aunque actualmente no
se conocen los motivos exactos del llanto, se barajan algunas posibles
causas:
Ø Inmadurez del aparato digestivo
que puede provocar mayor producción de gases.
Ø Insuficiente tiempo de expulsión de
gases antes de la siguiente toma.
Ø Mala absorción o intolerancia a la
lactosa.
Ø Alergia a la proteína de la leche
de vaca (esto solo lo determina el pediatra).
Ø Estrés excesivo de la mamá durante
el embarazo o en el postparto.
Ante la posible presencia de un cólico, lo primero que
debemos hacer es llevarle al pediatra para descartar cualquier otra causa de
llanto que nos indique patología y
después tranquilizarnos y seguir ciertas pautas que pueden llegar a calmarle.
CONSEJOS PARA AYUDAR AL BEBÉ DURANTE LOS CÓLICOS:
- No
dudar en cogerlo en brazos y acunarlo.
- En
el caso de alimentarlo con biberón, procurar usar tetinas especiales para
evitar gases o procurar que la tetina no contenga aire para que el bebé no
lo succione.
- Tras
la toma, mantener al bebé un poco incorporado procurando que expulse los
gases y no acostarlo inmediatamente (conviene aclarar que en la lactancia
natural el bebé produce menos gases y por tanto esto último sería menos
necesario).
- Hacerles
masajes en la tripita. Sobre todo en la postura de “boca abajo” sobre
nuestro antebrazo siguiendo las pautas del pediatra y/o el fisioterapeuta.
- Acudir
a la consulta de un fisioterapeuta/osteópata especializado que realizará
técnicas específicas para mejorar la función digestiva del bebé.
Fisioterapeuta: Lourdes Guirado
Colegiada nº: 4651
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